La Granja (1ª Parte)

La GranjaEn el verano de 1981, tres alumnos de segundo de BUP del colegio Luis Vives de Palma, fans de la nueva ola, deciden formar un grupo que suene precisamente a eso, repartiéndose el protagonismo en función del instrumento que cada uno toca en la asignatura de música del colegio: como Kiko Riera toca mejor la guitarra que Juan Salvador Rodríguez, el primero se dedicará a las seis cuerdas mientras que el segundo se contentará con las cuatro toscas cuerdas del bajo. Y claro, a Miguel Gibert, que toca la flauta, por pura lógica le corresponde sacudir tambores y platillos, sin que nadie le dijera que por ser zurdo le hubiera sido más fácil aprender montando la batería al revés.

Los principios son desalentadores: el Sr. Rodríguez, después de cuatro o cinco intentonas, deja de aparecer por el ¡cuarto piso! donde ensayan. Mientras tanto, los otros dos pasan el tiempo intentando que lo que suena se asemeje mínimamente a una canción, lo cual no consiguen hasta transcurridos varios años.
En el interín están a punto de inscribirse en el primer Mogollón celebrado en Sa Feixina, propósito que se trunca al astillarse el hueso del pie con el que toca el bombo el Sr. Gibert.
Por aquellos días, la protogranja (Kiko a la guitarra y voz y Miguel a las baquetas) se divertía versionando de mala manera a los Ramones del Pleasant Dreams (You sound like you’re sick) y a los Nikis (Sangre en el Museo de Cera). Sus primeras composiciones propias no tardaron: “La Invasión de los Alacranes”, un sucedáneo infumable de “Mario Encima del Armario” de Siniestro Total, y otra algo más sofisticada que llegarán incluso a estrenar en directo más adelante.
Mientras tanto, por el local de ensayo (que por aquel entonces había ascendido a un quinto piso) iban desfilando todos los amigos de clase del dúo, entre ellos un tal Guillermo Porcel, quien durante un tiempo se empeñó infructuosamente en tocar el bajo que Juan Salvador tuvo el detalle de acabar donando para la causa.
Convencidos de que hacía falta un bajista, nuestros amigos, por medio de un anuncio que colocan en Discos Jonch, contactan con Edi Moralejo (un guitarrista anglófilo de pintas after punk -con cresta y todo- y con aspiraciones de formar y dirigir su propia banda) quien, escasamente atraído por la propuesta, declina la invitación prácticamente desde el primer día.
Al poco tiempo, un tipo llamado Julián, que acaba de disolver la banda en la que toca el bajo, Otra Dimensión (un correoso grupo influenciado por la nueva ola madrileña, con cierto nombre en el panorama musical mallorquín), lee el anuncio y decide ofrecerse a nuestros amigos quienes, deslumbrados por el “lustre” del personaje, aceptan de buen grado.
Al principio todo encaja y, a instancias del nuevo bajista, no tarda en incorporarse al grupo Masi, guitarrista de Otra Dimensión y compañero de farras de Julián. Entre todos se decide que lo mejor sería continuar con dicho nombre, presentándose de esta forma ante “el gran público” en la discoteca Corinto de la calle Bosque (hoy antro destinado al intercambio de parejas), que se dedicó durante un corto espacio de tiempo a programar conciertos dedicados al entretenimiento de los más modernos teenagers mallorquines de colegio de pago.
La actuación, consecuencia de la inexperiencia y de la falta de medios, es un completo desastre y supone una decepción mayúscula para todo el mundo (corregida y aumentada para los miembros del grupo). Tanto es así que la banda se desbanda, volviendo Kiko y Miguel a su ostracismo habitual, esta vez en un pequeño apartamento de la calle Bonaire. Tras varios ensayos se trasladan a un espacioso y lóbrego sótano de la calle Concepción que rápidamente se transforma en centro de acogida de amigos de clase ociosos.
No tardarán en llegar las nuevas composiciones, inspiradas esta vez en la onda siniestra tan de actualidad por aquel entonces, así que en el verano de 1.983, se deciden a grabar en los Estudios Digitals de Toni Fernández una maqueta con cuatro canciones donde Kiko, además de tocar la guitarra y el bajo, canta y aúlla con tesón.
Dicha maqueta, que suena a unos sombríos Gabinete Caligari de cuarta fila, es seleccionada a nivel nacional para una fase de clasificación del Concurso Don Domingo junto a “París La Nuit” (quienes llegan a la final). Como no podía ser de otra manera, “La Espera” (ese es el pretencioso nombre que han escogido para presentarse al concurso) se queda en el camino y se sigue ensayando pacientemente.

El 84 es año de cambios, la onda siniestra se está quedando desfasada y aparecen nuevos grupos con guitarras arpegiadas y melodías que invitan al optimismo: los REM del Murmur y Reckoning, Los Smiths, Lloyd Cole & the Commotions, etc. Esa nueva tendencia marcará definitivamente la forma de tocar la guitarra de Kiko y las futuras composiciones del grupo.
Mientras tanto, Edi Moralejo (quien finalmente ha conseguido formar su propia banda) empieza a dejarse ver por el local y a colaborar regularmente con Kiko y Miguel. Tanto es así que, al cabo de un tiempo, Los Nómadas (así se llama el excelente grupo que comanda Edi) se trasladan al local de la calle Concepción. Como ya es hora de contar con un bajista definitivo y a Edi no parece atraerle la idea de tocar ese instrumento, Kiko y Miguel le proponen a Carlos Garau (un amigo de clase que está aprendiendo a tocar el bajo con un grupo de futuro no prometedor llamado Asociación Bermúdez) que se una a ellos con vistas a presentarse al II Concurso de Pop Rock que organiza el Ayuntamiento de Palma.
Carlos acepta encantado y como cuarteto, con Edi tocando la guitarra y Kiko a la voz y guitarra, empiezan a prepararse para participar en el Pop Rock a celebrar en S’Escorxador (antiguo matadero de la ciudad). Se inscriben con dos nombres (Historia de O y La Granja) para poder escoger día de preselección (práctica bastante común en aquellos tiempos). Al final se decantan por el segundo nombre, en clara sintonía con la estética ranchera del Nuevo Rock Americano: el movimiento de moda, abanderado por bandas como los Long Ryders, los Beat Farmers, Rank and File, Rain Parade, etc.).
La Granja pasa por el dichoso concurso con bastante más pena que gloria, hasta el punto de que el grupo de futuro no prometedor, donde también toca Carlos, les supera en puntuación. Sus colegas de local, Los Nómadas, llegan con toda justicia a la final naufragando inmerecidamente en ella.
Como curiosidad, decir que ni las canciones que La Granja interpretó en el matadero ni las de Los Nómadas tenían letras inteligibles, se cantaba en una especie de “uachi uachi” que, sobre todo en el caso de Edi Moralejo, resultaba bastante convincente.


La Granja2Pasa el verano y llega septiembre, Kiko y Miguel cogen los bártulos y se van a estudiar arquitectura a Madrid, su idea es continuar grabando maquetas en el colegio mayor donde se alojan con un cuatro pistas que se han comprado, pero la experiencia estudiantil se trunca inesperadamente y al cabo de poco tiempo regresan a Palma y se matriculan en Derecho.
Es la hora del cantante: hasta ese momento las labores vocales habían venido desempeñándose por Kiko (primera maqueta) y Miguel (maquetas posteriores) con resultados poco convincentes. Después de darle vueltas al tema, ambos llegan a la conclusión de que lo mejor sería coger a alguien que se ocupara en exclusiva de las voces. El mejor posicionado para hacerse con el puesto de frontman es Guillermo Porcel, un animoso amigo del colegio, poco dado al sonrojo, que ese año también se ha matriculado en Derecho. La propuesta no parece cogerle por sorpresa y, con más desparpajo que aptitudes vocales, se incorpora rápidamente a la banda.
El más que discreto debut de la banda se produce el 20 de abril de 1985, en la fase de clasificación regional para el festival de Benidorm que se llevó a cabo en el complejo RIU Palace de la Playa de Palma. Con similares resultados pasan por el III Concurs Pop Rock de ese año, celebrado a principios del verano en la Sala Rosales.
A pesar de los escasos logros, no cejan en el empeño y durante los siguientes meses acceden a tocar en cualquier sitio y circunstancia: un desangelado festival de corte heavy donde los echan a latazos, una fiesta estudiantil no menos desangelada en el Campus Universitario, un concierto para nadie en la sala Montebello, un amago de verbena en Cala Blava donde se va definitivamente la luz a la primera canción…

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A todo esto, un ex-alumno del Luis Vives, Xavier Escutia, un año mayor que ellos, devoto de los Who y ex guitarrista de Zincpirithione, los ve tocar en el citado concurso de Pop Rock y después de entablar conversación con ellos descubre que comparten su admiración, poco habitual en aquellos días, por bandas como los Long Ryders, Dream Syndicate, Rain Parade, Los Smiths, REM, los Romantics, etc. Con el tiempo, la relación entre Xavier y el grupo se va estrechando progresivamente hasta que finalmente, tras una actuación en las verbenas del Puerto de Andratx, le proponen que se incorpore a la banda como guitarrista. Ya como quinteto, en la bodega de una “possessió” de Establiments, compartiendo de nuevo local con Los Nómadas, se desprenden de todas aquellas canciones de su repertorio que no huelan a rock americano y empiezan a componer nuevos temas, dejandoigualmente a un lado las viejas versiones de los Television Personalities y de los Jesus and Mary Chain!! e incorporando al remozado “set list” el Wipe Out de los Surfaris, el Runaway de Del Shannon, el Rave On de Buddy Holly ó la cinematográfica Ghost Riders in the Sky.

La experiencia y la vasta cultura musical de Xavier van calando en el grupo, cuyas actuaciones en vivo van ganando en solidez e intensidad, hecho que les procura cierto nombre en la incipiente escena local. Rápidamente deciden meterse de nuevo en los Estudios Digitals de Toni Fernández para grabar dos canciones con claras connotaciones campestres (Entre Salvajes y Vientos Sureños) que presentarán con orgullo en los escasos programas radiofónicos locales.

El principio del año 86 coincide con un nuevo cambio de local: La Granja abandona Establiments y se acomoda en el garaje de un soleado y setentero chalet de Sa Cabaneta, al estilo Laurel Canyon. Tanta actividad proporciona al grupo un aplomo del que carecen la mayoría de los grupos mallorquines de la época, circunstancia que aprovechan hábilmente para hacerse con el primer premio en el concurso de Pop rock del año 86, cuya final se celebra el día seis de junio en el Parque del Mar. En esa final se interpreta por primera vez una canción recién compuesta por la banda que más adelante se convertirá en uno de sus clásicos de directo: Sufro por ti.

Sin apenas descanso, se apuntan a la 26ª edición del Festival Pop de Radio Cadena, Salamanca 86 (que venía a ser la continuación del casposo Festival de Benidorm de toda la vida). Superada la fase regional, logran hacerse con el segundo puesto a nivel nacional gracias a una maqueta de dos canciones (Andrés Alcázar y la reseñada Sufro por ti) registrada de nuevo con la ayuda de Toni Fernández en los Estudios Digitals.

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Ese segundo puesto les lleva hasta Salamanca, donde se quedan a las puertas de la final junto a unos todavía desconocidos Héroes del Silencio. Finalmente, Las Ruedas (una excelente banda de maneras rollingstonianas que acaba de fichar con DRO) son los que se llevan el gato al agua y una suculenta pasta como premio. Pero bueno, a nuestros amigos su paso por Madrid les sirve para dejar maquetas en los principales sellos independientes con sede en la capital. Uno de esos sellos es DRO, cuyo A&R resulta gratamente sorprendido con las dos canciones de la demo y, no nos engañemos, con la posibilidad de disponer del dinero del premio del Concurso de Pop Rock para editar un disco. Pronto empiezan los primeros contactos con la discográfica y los primeros problemas surgidos a raíz de la incompatibilidad de los trabajos de Xavier y Carlos con los ensayos prácticamente diarios de la banda. Recordemos que las obligaciones de Kiko, Guillermo y Miguel se reducen a un par de horitas vespertinas en la Facultad de Derecho.

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El desenlace no se hace esperar: Carlos deja el trabajo y Xavier el grupo. La Granja, nuevamente como cuarteto, se dispone a preparar con esmero lo que será su primer LP, de título homónimo, como mandan los cánones. El Lp La Granja, se graba en los estudios Musitron de Madrid, durante la segunda quincena de diciembre. Del sonido se encargan los propietarios del estudio, dos hermanos andaluces, uno guitarrista y otro batería, que habían participado en insignes grabaciones de los Amaya y de la Charanga del tío Honorio.

Escrito y recopilado por Jose Ramón Vazquez

Aqui la 2ª Parte…

 

9 comentarios en «La Granja (1ª Parte)»

  1. «el desangelado festival de corte heavy» fué en la plaza de sa faxina a principios de 1985, febrero o marzo, lo sé, porque yo también actué allí, este fué el debut de «cerebros exprimidos», y sí, sólo llegamos a tocar un tema «huye de ellos», durante el cual fuimos bombardeados por latas-botellas e insultos por los heavyorros de la época, aunque al final fuimos nosotros los que nos reimos mucho más viendo sus actuaciones. Bueno, ¿alguien sabe la fecha exacta de este penoso festival?, yo creo que fué en febrero o marzo, lo que sí es seguro que fué en el ’85 y que tocaron más grupos que no eran heavys que también tuvieron que dejar el escenario a latazos; uno de los organizadores tenía una papelería en la calle 31 de diciembre, eso creo. Bueno, enhorabuena pinshio por el nuevo diseño, y sobretodo a «la granja», ya se merecían que alguien escribiera bien la historia del grupo. salud.

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  2. Coño, Jaime. No sabía que el debut de los Cerebros había sido en esa calamidad de festival!!! Tienes razón, fue por febrero o marzo del 85 y me suena que se montó para protestar por la visita de Reagan a España.
    Otros que estaban programados pero que, ante lo que se les veía encima, no tocaron fueron los Nómadas.

    Y enhorabuena por el nuevo diseño, señores Nochentas.

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  3. Interessantíssim inici la d’aquesta crònica! Enhorabona! Un plaer per tots aquells/es que varem començar a somiar en tres colors i amb blaus elèctrics amb grups com La Granja, Cerebros, La Busqueda, Malditos, Susie Q, Murder in the Burn, Eskarabajos……….
    Seria de conya que algú penjàs un link amb les maquetes: «Entre salvajes» i d’altres no incloses a cap disc.
    Una abraçada Miquel Gibert!

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