El primer Lp de La Granja aparece a principios de 1987 recibiendo elogios prácticamente unánimes por parte de la crítica musical más avezada (Ruta 66, Rockdelux, Radio 3, etc.). La foto de portada del disco (los cuatro granjeros mirando a través de una pecera) pretende evocar una conocida escena de la película Rumblefish (La Ley de la Calle). El resultado final, no obstante, fruto del amateurismo que todavía impera en DRO por aquel entonces, apenas tiene que ver con la idea inicial.
Del Lp se extraen dos singles: el primero, con Sufro por ti en la cara A y un potente instrumental de título enigmático (Un día con Abeth) y riff de Xavier Escutia, en la cara B; el segundo single cuenta con Busco a Dolores Haze en la cara principal y una curiosa versión del Norwegian Wood de Los Beatles, que ellos titulan Dos Ritmos Salvajes, en la cara B. El resto del contenido del Lp está formado por nueve temas propios y una versión con letra en castellano (Un Buen Recuerdo) de una espléndida canción (Face to Face) de los tejanos Zakary Zacks (banda de finales de los sesenta, aficionada al blues sicodélico a lo Yardbirds)
El disco en sí es un alarde de chulería y misoginia en lo referente a los textos, mientras que musicalmente es un conjunto heterogéneo de canciones que van desde el garaje sesentero de Sufro por ti, Mi Perro Fiel, o Un Buen Recuerdo, hasta la sicodelia ensoñadora de Barbarella, acercándose por momentos al Nuevo Rock Americano en Andrés Alcázar ó El Calor del Mar, o al power pop (Busco a Dolores Haze ó Escandalo en la Playa), e incluso un medio tiempo que toma prestados los armónicos de guitarra del “For What is Worth”, de Buffalo Springfield (Sin Mirar Atrás).
Es en ese momento cuando contactan con el representante Paco Vicens, quien, a nivel insular, se ha venido encargando de las labores de management de la banda hasta hace pocos años, e inmediatamente se ponen a trabajar en lo que serán las canciones de su segundo LP, Soñando en Tres Colores, que se registrará de nuevo con la ayuda de los hermanos Garrido en los estudios Musitron, durante quince días del mes de diciembre del año 87. Es a partir de este álbum cuando empezarán a pensar en cada disco como un todo homogéneo, a diferencia del primer Lp.
La acogida por parte de la crítica es mejor si cabe que con el primer disco. Así y todo, el número de copias vendidas, a pesar de experimentar una razonable mejoría respecto del primero, no les permite jugar en la misma división que otras bandas (Los Ronaldos, La Guardia, etc.) asiduas de los omnipresentes y decisivos, por aquellos días, “40 Principales”. No obstante, en esa segunda división se mueven como pez en el agua, disfrutando de la credibilidad que un éxito masivo posiblemente les hubiera privado. Soñando en Tres Colores, es tal vez el disco de la Granja mejor valorado no solo por sus seguidores sino incluso por sus componentes. De hecho, los directos actuales se nutren de buena parte de sus canciones. Allí están varios de los clásicos de la banda: Los chicos quieren diversión, Por quien doblan las Campanas, Chap Chap, Vitamina D, Más de Veinte Años y Qué cerca veo el final (una canción que, sin ser single, siempre ha gozado de un amplio reconocimiento por parte de su público).
Para la foto de portada se fueron al desaparecido Prehistoric Park de Algaida y posaron con los dinosaurios de cartón piedra que un día entusiasmaron a niños y niñas antes de ser embargados por los acreedores. Amparo Garrido, aguerrida y excelente fotógrafa, pintó el cielo de amarillo y al animal de rojo, dándole a la foto el toque onírico y surrealista que requería el título: Soñando en tres Colores (un verso de la estrofa de Violeta y Rebeca, canción incluida en el LP).